CARNERO YA SE ESCRIBE CON “K”
El 20 N hizo
experimentar a una generación de jóvenes trabajadores lo que sucede cuando la
clase obrera entera decide no trabajar.
Eran las 6
de la mañana y en la panadería del barrio había una cartulina “Disculpe las molestias. Hoy no atendemos
por el paro”. Con ese despertar se empezaba a notar que millones íbamos a
hacer lo que este a nuestro alcance para que en el país no circulen ni las
facturas. Llegando al Hospital Garrahan por la puerta donde todos los días mas
de mil niños esperan ser atendidos en los consultorios habían sólo 30. Vamos que
nuestros pacientes nos bancan. Sectores cerrados, turnos reprogramados, jefes
trabajando para cubrir el ausentismo (que lindo!). Los gremios de las tercerizadas
llamaban a parar pero los encargados aprietan y los del sindicato se borran. “Sólo nos cubrimos para faltar gracias a
que paro todo el mundo y habían piquetes”. Eso veíamos en las recorridas
junto a jóvenes del PTS, que con su sola presencia, marcaban la diferencia.
“Ellos siempre nos explotan y se aprovechan
que nosotros necesitamos. Entre el patrón y nosotros nunca va a estar todo
bien”, escupe con
bronca un metalúrgico de 20 años de edad. Con esa seguridad en sus palabras,
hace que se arrepienta uno venía de ser amigo del dueño del taller.
El
secretario Gral de su sindicato, Antonio Caló, no quiso adherir al gran paro
general que el pasado 20. Prefirió, junto a otros dirigentes sindicales
vendidos, mantener su amistad con el gobierno, a reconstruir una credibilidad
con los de abajo. La UTA no paró, los bondis circulaban con la misma frecuencia
y hasta más fluidamente que días normales. Los piquetes los podías esquivar
desviando una cuadra. A pesar de eso, millones de obreros se quedaron en sus
casas por ese descontento que calienta cada vez más.
En Alicorp
de La matanza, a los carneros de siempre, se le sumaban los de la Verde. Esos
que hace poco ganaron prometiendo cambios en la campaña electoral. “Somos neutrales”.
“Apoyamos el reclamo, pero no paramos” decían.
No se animaron a decir la posta “Defendemos
a este gobierno a costa de lo que sea”. Solo decían cosas para meterme
miedo a la base, que piense en la miseria que se puede perder y no en lo que
podemos ganar. Más claro, echale agua.
Desde la
Bordo respondimos: “Acá es muy sencillo.
No hay lugar para grises. Nosotros no estamos con Moyano (eso lo saben todos),
pero si hay paro general por reclamos justos, se para. El que no lo hace, es
Carnero y está con el gobierno que nos roba el salario.” Otra lección del
20 N: “CARNERO SE ESCRIBE CON K”.
Un solo puño en panamericana, acceso
oeste, sur y capital federal.
Millones
vimos en la tele un corte que decía cosas que nos identificaban. “No somos Moyanistas”, estampaba escrito en fibrón una cartulina levantada por
un trabajador grafico que cortaba Panamericana. En ese piquete de los que hace
tiempo vienen luchando contra los dirigentes sindicales amigos de los patrones,
la adhesión al paro y volver a la ruta, fue la indiscutible decisión a pesar de
que esta medida las convocaron los que siempre carnerearon. “No podemos dejar en manos de
esos transas el paro nacional”. Ese corte estaba hermanado con el que
hicimos en el acceso oeste, con la participación en el corte del Sarmiento, el
corte que garantizó la Juventud del PTS en Callao y Corrientes, el Puente
Pueyrredón y los de capital federal.
A la mañana
siguiente del día en que “no había nadie
en la calle”, una gran alegría se sintió en el trabajo. El haberse sentido
parte de esa gigantesca demostración de descontento con el gobierno, los hizo
sentir más fuertes para esta pelea que sigue.
Discusiones
políticas recorren cada sector, en el desayuno, en el almuerzo, en la casa. La
prensa del PTS circula mucho más, aunque no tanto como el olé, lógico.
Las tareas
políticas se hacen más urgentes cada día. Ya no alcanza con solo tener
delegados combativos y asambleas democráticas. Eso es muy importante y
decisivo. Pero si al mismo tiempo, no construimos agrupaciones que comprendan
que los trabajadores no pueden regalar esa fuerza que volvimos a mostrar
después de casi 12 años, otra vez se fortalecerán los mismos partidos de los
patrones de siempre, y que los trabajadores debemos construir nuestro propio
partido, nuevamente ganaran las mismas caras de siempre.
Que el 20 de
noviembre abrió un nuevo capitulo, que solo nosotros podemos construir su final.
Pronto una
asamblea de delegados de las bases
obreras de todo el país, será la única institución legítima que pueda
continuar un plan de lucha serio y efectivo, para seguirla.
La única
forma de representar a todos. Tanto al que es afectado por el impuesto a la
ganancia, como aquel que no llega a los 3000 $ y cada día cruza los dedos para
que no sea el último.
El que está
hace años en el mismo trabajo y siente
que le robaron cada minuto de su vida ahí dentro, como el de aquel que nunca conoció
lo que es cobrar en cajero automático, ni imaginar un trabajo fijo.
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