sábado, 20 de octubre de 2012

Marchamos por Mariano y por la vida de millones de jóvenes precarizados

Pasaron 2 años desde que lo fusilaron a Mariano. Pero el juicio empezó recién hace 1 mes. Y no solo que continúan las formas de explotación contra las que el murió luchando, sino que las patotas sindicales siguen actuando con impunidad. El gobierno les da las garantías para seguir así y los empresarios festejan. Mientras tanto, en La Matanza, un joven trabajador contratado se pregunta si tendrá la suerte de seguir trabajando en la fábrica el mes que viene, la semana que viene, o mañana. La empresa, el sindicato, la agencia hacen correr la fecha en que se acerca "san la muerte". Así lo llaman los pibes al día en que se vence el plazo de su contrato. Para el patrón es "dar de baja a un eventual". Para el sindicato, es solo una persona menos a quien sacarle el 2% que jamás le habían preguntado para descontar. "No se puede hacer nada", dicen los que se benefician de esta maldita costumbre basura de explotar. Pero para los contratados es mucho más fuerte que eso. Tras cada uno de ellos, hay una historia, una vida, una familia.Ellos saben que cuando se termine, se les cae todo encima. "Hoy con lo que saco trabajando por agencia sirve para que coma mi familia. Es el único sueldo con el que comemos. Tengo hermanos chicos y mi viejo a veces consigue changas". Cuenta uno de ellos. "Me da bronca que el sindicato se tome en chiste cuando los delegados denuncian que se termina nuestro contrato". "Hoy nos turnamos en casa para comer. Yo o alguno de nosotros, se va para lo de algún amigo para que en casa alcance con lo que hay". Por eso para mi; el 30 de octubre es mucho más que una fecha. Desde ese día, en mi casa podemos quedarnos sin comer”. "Este trabajo te mata, pero ganas algo, sin esto será peor." Se entristece de solo pensarlo, otro. Millones de trabajadores en la Argentina tienen historias similares, la mitad del total, o más.Ellos están cansados, pero siguen adelante en el trabajo. En la ex jabón federal muchos jóvenes de la matanza alguna vez trabajaron allí. Llegaron a la fábrica y conocieron delegados los defienden. Que tratan de sumarlos y luchar por ellos. “Acá los efectivos te hablan, te invitan a jugar al futbol". Y su delegado Luis se comió un juicio por defenderlos. Llegó el día en que vino el sindicato. Esos que tienen la manija, si quieren, para lograr que los efectivicen. “Hay que cantarles la posta”, planeaban. Pero llegan tipos y solo gritan, insultan, prepotean y amenazan. Desde el fondo de la asamblea y en un clima tenso se murmura: "si se pudre les damos a los del sindicato", comentan los jóvenes que en pocos meses, identificaron a quienes están de su lado y a quienes no. El sindicato se va abucheado. Sus guarda espaldas amenazó a los compañeros que cuestionaron su actitud entregadora. Una mafia que llega para atacar a los trabajadores que se manejan desde abajo. A los que sienten que "contratados", es sinónimo de compañero, de amigo. Esa mafia de quienes hoy, uno de sus jefes José Pedraza, espera su condena con cara de asesino. Es por la muerte de ese joven, cuyo nombre, cada vez que se pronuncia, se tiene que hablar de los jóvenes trabajadores. Cada vez que se te nombran, tienen que hablar de lo que quieren tapar: De la patota sindical, de los contratados, tercerizados, en negro, jóvenes. Cada vez que fichamos para entrar en la fabrica sin saber si es la ultima. Cada vez que apretamos los dientes, cada vez que nos duele, cada vez que reímos, nos unimos, luchamos. Cuando nos decidimos y nos sumamos a ese movimiento que se va construyendo en todas partes. Ese que de a poco se pone de pie como el movimiento de jóvenes que luchan contra esta precarización laboral, decimos tu nombre: Mariano Ferreira... y el próximo sábado, luego de dos años de levantar la bandeta con tu nombre, diremos: Presente!

No hay comentarios:

Publicar un comentario